¿Cuál es tu placer culpable?

Oh, todos lo sabemos.

Una vez que lo pruebes Nunca se detiene

Nutella.

De una cuchara a otra, yendo sin fin y sintiendo esa culpa inmediatamente después.

Y algo que nadie te dice: es adictivo. Peligrosamente adictivo.

Lo harás una y otra vez, consciente de las consecuencias y arrepintiéndote justo después.

Prometiéndote una cuchara más. Esa maldita cuchara que se convierte en una cena completa.