Oh, todos lo sabemos.
Una vez que lo pruebes Nunca se detiene
Nutella.
De una cuchara a otra, yendo sin fin y sintiendo esa culpa inmediatamente después.
Y algo que nadie te dice: es adictivo. Peligrosamente adictivo.
Lo harás una y otra vez, consciente de las consecuencias y arrepintiéndote justo después.
Prometiéndote una cuchara más. Esa maldita cuchara que se convierte en una cena completa.