En resumen, es porque las especias ayudan a prevenir la intoxicación alimentaria y los parásitos.
Los climas más cálidos proporcionan un mejor entorno para que crezcan las bacterias y otros patógenos. Los inviernos largos en climas nórdicos tienden a limitar este crecimiento. Los climas más cálidos simplemente tienen más patógenos.
Los productos químicos en las especias tienen propiedades antibacterianas, antihelménicas y antimicrobianas. Las especias “suaves” como la pimienta negra, por ejemplo, se han usado para conservar alimentos, incluso en países con climas fríos. Las especias más picantes hacen un trabajo aún mejor.
Por cierto … no es solo Asia. Los chiles evolucionaron en Norte, Centro y Sudamérica.
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