Deben almacenarse en un lugar fresco y húmedo a una temperatura de aproximadamente 50 °.
Una forma es poner una capa de hielo en un recipiente de espuma de poliestireno con un estante para que los cangrejos no entren en el agua helada derretida, cubra el recipiente asegurándose de que haya agujeros en la tapa para que el aire pueda circular por el interior. Otra forma es almacenarlos en una cesta de mimbre cubierta con una tela de arpillera húmeda. Ambos contenedores deben mantenerse en un lugar fresco fuera de la luz solar.
Los cangrejos a temperaturas frescas a veces parecen estar muertos, por lo que es importante calentarlos a temperatura ambiente antes de cocinarlos para que vuelvan a moverse. Los cangrejos que todavía parecen muertos están muertos, y puedes tirarlos.
