Simplemente sumérgelos en aceite de oliva.
Es aún mejor si los pones en una jarra, y entre cada capa pon un poco de ajo picado, una pizca de orégano seco y unas hojas de albahaca. Luego cúbralos con aceite de oliva (déjelo reposar durante aproximadamente 5 minutos para permitir que el aceite se asiente en el fondo, luego llénelo a la parte superior si es necesario)
Cubra el recipiente con fuerza y guárdelo en un gabinete seco oscuro y fresco. Si agrega hierbas al aceite, debe refrigerar. En cualquier caso, deberían agotarse en dos semanas.
Cuando use algunos tomates, asegúrese de que permanezcan sumergidos en el aceite antes de volver a colocarlos en el gabinete.
La ventaja en este método de conservación es el aceite de oliva con sabor maravilloso.