Si cuenta comer en una cafetería durante un viaje de vacaciones, probablemente ocho. Si quiere un restaurante en o cerca de mi ciudad natal, tal como la gente sale a almorzar o cenar hoy, probablemente veintiuno.
Al crecer como lo hice, había muy pocos restaurantes y ciertamente no hay restaurantes de comida rápida. La gente comía en sus propias casas o las de sus parientes y preparaba almuerzos para comer durante el día.
Las grandes ciudades tenían clubes nocturnos y los hoteles tenían servicio de comida, pero al menos en el medio oeste, no recuerdo ningún restaurante. Había mostradores de almuerzo en farmacias. Ahí es donde comí mi almuerzo durante mis primeros años de enseñanza en mi ciudad natal. Es por eso que di veintiuno como mi primera experiencia en mi ciudad natal.
Cuando vine a California para enseñar, las escuelas tenían cafeterías para estudiantes y personal. Había bares que vendían comida y pronto apareció el restaurante de comida rápida.
Ahora mi memoria ya no es confiable, pero a excepción del mostrador de comidas en el Woolworths y las palomitas de maíz en el teatro, no había restaurantes en el centro de la ciudad de mi ciudad natal. Había un club de cenas en la autopista a unos diez o diez kilómetros de distancia, y los bares conservaban algo de comida, en su mayoría gratis para los clientes. El más cercano estaba a unas tres o cuatro millas del centro de la ciudad.
Si no recuerdo mal, mis padres y yo comimos afuera un año cuando me visitaron en la escuela.
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Había un solo restaurante, una posada, en mi ciudad universitaria. Nuevamente, los bares tenían comida, no gratis. Había un lugar de hamburguesas, una especie de establecimiento de comida rápida, a una milla del campus.
No había lugares para comer en la pequeña ciudad en la que estaba ubicada mi escuela preparatoria.
Excepto por visitas, viajes y almuerzos de trabajo, no recuerdo haber salido a comer en vez de cocinar hasta los veinticinco (?).