Solía administrar una empresa de techado en San Antonio, a mediados de los 90. Valentin, nuestro capataz, una vez me habló de acampar mientras crecía, atrapando y comiendo armadillo. Sí, puede transmitir la lepra. Él no estaba demasiado preocupado.
Abrirían la cáscara, introducirían un montón de cebollas, lo envolverían en un montón de papel de aluminio y lo arrojarían a la hoguera. Sácalo unas horas más tarde y acaba de sacar la carne del caparazón con los dedos, deshacerte de la bondad. Le encantó. Yo nunca lo he hecho.