Imagine crear dos tipos de robots, los cuales necesitan comida para sobrevivir. Uno siente placer cuando come; el otro no. ¿Cuál será más probable que gaste tiempo y energía, buscando comida? ¿Cuál será más probable que sobreviva?
Tal vez esto sea difícil de pensar, porque en nuestro entorno actual, la comida es omnipresente, al menos para aquellos de nosotros que tenemos algo de dinero en efectivo y vivimos en países del primer mundo. Adquirir alimentos no es, para nosotros, una inversión seria de recursos físicos.
Lo opuesto fue cierto para nuestros antepasados. Tuvieron que trabajar muy duro, todos los días, para alimentarse. Y también tuvieron que pasar largos períodos de tiempo sin comida. Esto significaba que si encontraban bayas nutritivas, era ventajoso que comieran muchas o que llevaran mucho a su campamento, que no comieran hasta que estuvieran llenas y luego dejaran de hacerlo.