Se trata de los sensores (receptores del gusto) de la lengua y el canal de comunicación con el cerebro (nervios).
Los sensores de sabor envían señales de los diferentes componentes del sabor en la comida al cerebro, que el cerebro interpreta y lo llamamos Sabroso, Sabor, etc.
El cerebro también tiene un canal paralelo muy rápido para los sensores relacionados con la protección de las partes del cuerpo. La lengua también tiene muchos de estos. Cuando estos sensores disparan a una temperatura relativamente más alta que lo normal, el cerebro tiende a minimizar o ignorar otras señales de la misma región. Ergo, cuando la comida está muy caliente, el cerebro está alerta e ignora las señales de sabor, y el plato no es tan sabroso.
