Un método utilizado por los llamados preparadores implica comprar nuevas latas de pintura (es decir, sin usar) y luego llenarlas con productos secos como granos o pasta. Después de cargar la lata y dejar un pequeño vacío en la parte superior, se agrega un trozo de hielo seco. La tapa se coloca holgadamente y, una vez que los vapores dejan de emitirse, se martilla para sellar la lata con una atmósfera inerte contenida en el interior.
Esto preservará los alimentos por varios años.