El transporte global económico es la clave para alimentar a todos. El mundo cultiva alimentos más que suficientes para la población, pero no puede ser entregado económicamente a los mercados. Las personas deben estar dispuestas a comer una dieta que sea principalmente vegetariana, ya que no estoy seguro de que las granjas del mundo puedan soportar una población global de consumidores de carne pesada.
Políticamente, se necesitan regulaciones para garantizar que los alimentos se distribuyan a los pobres. Se requerirán subsidios. Los racionalistas económicos y los derechistas deberían considerar estos subsidios como inversiones de capital en recursos humanos. Los niños malnutridos no aprenden tan bien en la escuela, lo que lleva a la pobreza perpetua en sus comunidades.
Los biocombustibles cultivados a partir de cultivos alimenticios como el maíz deberían prohibirse o gravarse hasta que la malnutrición se elimine a nivel mundial. Desviar los cultivos hacia los biocombustibles en las naciones desarrolladas lleva a un aumento de los precios de los alimentos en los países pobres y una mayor desnutrición. Debemos minimizar la huella de nuestras tierras agrícolas para ahorrar espacio para la vegetación nativa y silvestre.
Ecológicamente, necesitamos encontrar una forma más limpia y más rápida de transportar alimentos que no dependan de los combustibles fósiles. La aviación eléctrica es mi enfoque favorito. Las redes de drones automatizados como la propuesta “Matternet” pueden ser una solución a largo plazo. La comida fresca necesita viajar rápido de la granja a los consumidores.
La mejor manera de estabilizar la población mundial es educar a las personas y darles planes de jubilación. Mire Europa occidental y Japón: el crecimiento de la población está por debajo del reemplazo.