La respuesta de Drew McKenna es bastante acertada.
Tengo experiencia en dos mercados muy diferentes (California y Dakota del Norte), por lo que puedo agregar algunos conocimientos basados en ellos (teniendo en cuenta que esto es un poco anticuado).
Gestión del inventario de alimentos:
Productos horneados (pasteles):
1. Ordenamiento preciso, que podría ajustarse dos días antes del pedido (para mercados frescos) o una semana antes (en mercados “congelados”, como ND en 2009, cuando me fui).
2. Si sucediera algo terrible y tuviéramos un gran exceso después de la prisa de la mañana, comenzaríamos a ajustar de inmediato, probando los pasteles para compartir con los clientes a medida que avanzaban, siendo más proactivos en ‘ventas sugerentes’ cuando las personas pedían, etc.
3. Al final del día, todos los pasteles estaban ‘marcados’ (a menos que fueran artículos de varios días). Los pasteles marcados se envolvían en papel de cocina y se guardaban en un recipiente en la nevera. Ellos serían recogidos por organizaciones benéficas locales (que difieren según la ubicación) en diferentes momentos. En Davis, recogieron pasteles todas las mañanas. En Dakota del Norte, venían tres veces a la semana, y almacenamos las ‘marcas’ en el congelador.
4. Si nos enteramos de la necesidad de * descartar * ítems por cualquier razón, esos ítems se marcarán inmediatamente y se arrojarán a la basura. Esto era raro, pero podría ocurrir si hubiera un problema de seguridad o de ingredientes, etc.
Otros alimentos (golosinas empaquetadas, etc.):
1. Si se marcan por motivos que no sean de calidad, se donarían junto con otros pasteles.
2. Si se acerca el vencimiento, marcaríamos para muestreo / sorpresa y deleite.
3. Si los artículos estaban a punto de caducar, a veces recibimos instrucciones para marcar los artículos restantes del lote # etc. y los usamos como regalos sorpresa y deleite para los clientes, etc.
En general, los alimentos no se marcaron para que los empleados simplemente consuman a capricho. Estarían marcados para el consumo de los socios para probar los artículos de temporada o nuevos o para usar con los emparejamientos de café, pero no solo porque había ‘extras’ y los socios tenían hambre.