Hay muchas posibilidades. Es difícil responder sin conocer tu receta y cómo hiciste la jalá. Aquí hay algunas razones posibles:
- Lo cocinaste demasiado tiempo. El pan debe estar dorado cuando esté hecho y sonará hueco cuando toques la parte inferior. O puede verificar la temperatura con un termómetro de lectura instantánea. Debe ser aproximadamente 195 F.
- Agregaste demasiada harina. Asegúrese de seguir las instrucciones con cuidado.
- Amasaste demasiada harina cuando trabajaste la masa.
- Agregaste muy poco líquido o huevos o aceite.
- No permitiste que se levantara lo suficiente. La receta que utilicé por última vez requirió una subida de una hora después del primer amasado, luego media hora después de que la masa fue picada hacia abajo, y luego otra media hora una vez que los panes fueron formados. La masa debe elevarse en un lugar cálido. Encendí brevemente mi horno en su posición más baja cuando comencé la masa, luego lo apagué y abrí la puerta de un tirón después de unos 3 minutos y la dejé abierta mientras preparaba la masa.
- No permitiste que la masa subiera lo suficiente. Necesita duplicar su volumen antes de ser perforado.
- Tu receta puede no ser buena. Podrías probar con otro.