Las sopas se cocinan a temperaturas más allá de las cuales la mayoría de las bacterias no pueden sobrevivir. Luego se sellan en ambientes estériles para que no se produzca contaminación. Todos los ingredientes, no solo la carne, están pasteurizados por el calor y son seguros para comer.
Una preocupación, sin embargo, es Clostridium botulinum, la bacteria anaeróbica que produce una neurotoxina (no “intoxicación alimentaria”) responsable del botulismo que puede ser potencialmente mortal. Mientras la bacteria muere en el enlatado, produce esporas que no mueren a temperaturas de enlatado. Si bien ocasionalmente aparecen erupciones de casos que se remontan a sopas producidas comercialmente y similares, son muy raras.
Algunas personas están preocupadas por los aditivos alimentarios, los revestimientos de las latas, etc. La evidencia en contra de estos materiales no es fuerte, al menos en este momento. Son objeto de continuas investigaciones, pero dado que los materiales se han utilizado durante décadas sin que haya hordas obvias de personas que caigan muertas, en general se supone que son seguras.