Los incas cultivaban y comían quinua como alimento básico y le daban un estatus sagrado, llamándolo el “grano de la madre”.
Comercializada como un “alimento completo”, la quinua es cada vez más popular, con todas las características de un “súper alimento”: no contiene gluten, es nutritiva y, originaria de América del Sur, tiene una larga y fascinante historia. Dejando de lado el trigo y otros cultivos, la quinua es, sin embargo, un “súper alimento” que podría estar a la altura de la exageración, ya que es extremadamente rica en proteínas y llena de nutrientes (ver recuadro, a la derecha). Casi del mismo tamaño que las semillas de mostaza, la variedad más popular, la quinua “blanca”, se parece al cuscús y se puede cocinar de la misma manera que el arroz, produciendo un grano esponjoso. También se puede hacer estallar como palomitas de maíz si lo seca asado, convirtiéndolo en un aderezo crujiente para sopas y cereales para el desayuno.
Aunque la quinua nutricionalmente se considera grano entero, no es un grano verdadero porque no es la semilla de una planta de pasto; más bien, la quinua se relaciona con la remolacha y la espinaca, por lo que se denomina “pseudograno”. La quinua también se ve diferente de otros granos, con cuerdas parecidas a gusanos cuando se cocina