Si quieres una gran referencia, prueba: Ancient Wine, The Search for the Origins of Viniculture, de Patrick E. McGovern.
La respuesta rápida es que en algún lugar del área del sur de Rusia (creemos) algunas personas aplastaron algunas uvas o jugo de uva en un recipiente y lo dejaron reposar. La levadura natural fermentó el azúcar en alcohol (y CO2 que se va al aire) y se dejó una “sustancia” diferente. Descubrieron que no solo se podía guardar (preservar) este material nuevo (vino) por mucho más tiempo que solo el jugo, que cuando lo consumía, lo hacía sentir bien. Supongo que se entendió bastante rápido.