Algunas personas en el grupo preferirán una opción sabrosa, e inevitablemente siempre habrá alguien con un diente dulce. Para un grupo de cena de 6-8 es mejor servir platos sabrosos y dulces para que haya algo para todos.
La insistencia de un perfil de sabor sobre otro (o peor, una exclusión de uno sobre otro) solo servirá como una limitación bajo estas circunstancias.