Nadie que haya amamantado a su madre es vegetariano.
El término vegetariano está fuera de lugar.
Aparte de la dinámica del lenguaje, la mera noción de que los comedores de puerco no pueden ir al cielo o, para el caso, a los comedores de carne de vaca, es toda una farsa religiosa.
¿Quién les ha dado a estos muchachos un contrato para restringir la entrada a través de las puertas del cielo basadas en los hábitos alimentarios?
Disparates.