Ha llegado el momento de fijar una advertencia clara a todos los mariscos cosechados para el consumo humano. Coma estos crustáceos crudos bajo su propio riesgo. Se recomienda encarecidamente calentarlos a 100 ° C (212 ° F) para garantizar que se destruyan las bacterias y los virus.
Este año estamos lidiando con al menos dos amenazas: un virus patógeno y una bacteria patógena que se encuentra en ostras y mejillones en las costas del Atlántico y el Pacífico.
Vibrio parahemolyticus es un habitante bacteriano natural del agua de mar y NO indica contaminación de aguas residuales. Pero la enfermedad puede ser grave, especialmente en personas con enfermedades hepáticas subyacentes o cualquier otra alteración del metabolismo del hierro. Una nueva cepa / mutación de V. parahemolyticus se ha extendido por todo el mundo y es particularmente agresiva. Este es un organismo sensible al calor y podemos predecir mayores problemas a medida que aumenta la temperatura del océano.
Norovirus apareció nuevamente, esta vez a lo largo de la costa oeste de Canadá. Este virus proviene de la contaminación, se concentra de forma natural por el molusco y está listo para causar diarrea y vómitos alrededor de 24-36 horas después de deslizar algunas de esas criaturas desafortunadas por la garganta.
La ebullición / cocción al vapor los pone a salvo de estos dos villanos, así como del virus de la hepatitis A, enterovirus (varios tipos), de la misma manera que impidió la propagación del virus de la polio de los mariscos en los años 50 y 60.
