Oh, mucho para responder.
Primero, no quiere comer alimentos hechos por personas que “pasan un día en la escuela de cocina”. Desea comer alimentos elaborados por personas capacitadas para ejecutar la visión que tiene un jefe de cocina para la comida. ¿De verdad crees que los cocineros (o los cocineros) bailan alrededor de una cocina, “creando” platos? No, no, orejas de conejo, las ejecutamos. Hacemos el mismo plato cientos, miles, de veces. No es necesario ser un genio culinario para seguir las órdenes. Debes tener una cierta capacidad para realizar la misma acción una y otra vez al tiempo que aportas una comprensión básica de las cosas para contrarrestar el hecho de que los alimentos no son uniformes.
La escuela de cocina es el último lugar donde encuentras a esas personas. Lo que encontrarás son chicos y chicas que quieren ser chefs, no cocineros. Los cocineros son la magia en las cocinas. Ahora, seamos claros aquí: en muchas cocinas, el chef podría hacer todo ese trabajo. Los chefs de cierto calibre se han formado a sí mismos desde la cocina preparatoria, y en algún momento decidieron que están trabajando mejor al otro lado de la ventana, el lugar donde sueñan los sueños y se realiza la QA. Pero para una operación diaria, un buen chef es alguien que contrata y construye un equipo que podría continuar con la visión del restaurante durante años si el chef se tomara unas vacaciones o se zambulle frente a una aplanadora aceleradora.
No querrás que el chef esté involucrado con la preparación. Desea que ella o él vigile la cocina mientras aprende silenciosamente obstáculos, problemas y fortalezas de su equipo, menú y cocina actuales. Desea que se optimicen y mejoren cuando todo está tranquilo y su tipo está en el trabajo o en la cama. Cuando los cocineros se han ido. Es entonces cuando un chef brilla, cuando toma miles de puntos de datos y mejora todo lo que necesita mejorarse.
Y para responder al titular en negrita: todo en un restaurante es hocus pocus. Tomamos cosas extremadamente difíciles y las hacemos parecer sin esfuerzo. Nos ocupamos de los comensales, los proveedores, los críticos y todos los demás, y somos falsos al ser tu mejor amigo y tan feliz de que estés aquí. Hacemos que las cosas súper fáciles parezcan mágicas. Te manipulamos para que seas feliz y relajado. Porque, por el bien de Andhrimnir, para eso nos pagas. Para alimentarte, hacerte feliz, para darte el valor de tu dinero en comida, hospitalidad e imágenes de Instagram.