Cuando era un niño pequeño, recuerdo con frecuencia participar en un ritual poco conocido que solo los niños judíos podían hacer en Shabat (sábado).
Estoy tomando lo que llamamos una “fiesta de shabat”.
Para resumir, en esos sábados por la tarde, mucho después de que terminara el almuerzo y los adultos yacían en el sofá plagados de comas de comida, los niños rompíamos la comida en la mesa de la cocina y teníamos otro festín propio.
Una práctica popular, que resultó ser desagradable, fue hacer lo siguiente:
1) Toma un Twizzler:
2) Muerde ambos extremos, exponiendo el tubo hueco dentro.
3) Tome una bebida de su elección. Zumo de manzana, agua, refrescos, lo que sea. Solía ir al Dr. Pepper.
4) Inserte el Twizzler en la taza / botella como una pajita, y úselo como tal. Slurp la bebida de su elección a través del Twizzler.
5) Cuando termina su bebida, se come el Twizzler.
Mirando hacia atrás, esos Twizzlers empapados y empapados de soda eran repugnantes, pero era parte de nuestro ritual. Tuvimos que comerlo, de lo contrario seríamos expulsados del credo del partido shabat.